¿Qué pasó ayer?

El sonido de unas carretas al pasar me despertaron, estaba absolutamente adolorido, sentía todo el cuerpo casi congelado, como si huviera dormido en una tundra. Sin embargo ahora que mis ojos comenzaban a analizar la situación en la que estaba y mi cerebro comenzaba a engranar nuevamente recordé todo... El castillo, el guardia, el puto caballero dentro del cofre, el hielo, la espada, el resvalón y el auto-noqueo... Espero que nadie más haya visto eso... Aunque ahora que miraba a mi alrrededor ya era de día, diría que cerca del mediodía, el sol golpeaba fuerte la armadura que llevaba encima y comenzaba a calentarla, haciendo que la escarcha que esta tenía encima se derrita y me llegue agua congelada a mi cuerpo dandome fuertes temblores. Me la saqué con rapidez sentándome. Estaba en un montón de paja en medio de un pueblo, me sonaba conocido, diría que no podía estar muy lejos de ese castillo, aunque, no tenía la menor idea de qué hacía aquí ni como había llegado...

Me levanté forzosamente cargando la armadura en un gran pañuelo colgándolo en mi espalda... No quería venderla aun, me serviría mañana por la noche, cuando vuelva a irrumpir en ese castillo. Aunque las calles parecían algo vacías, miré un poco alrededor y en la distancia alcancé a divisar lo que parecía una taberna abierta, con tranquilidad me acerqué a ella abriendo sus puertas, quizás allí podría conseguir algo de información de ese castillo. (5)

Un pedazo de pan cayo sobre su rostro en un perfecto centro de su cara.

- Eh novato, ya mejor del golpe en la cabeza?. Sentado a unos 6 metros en un barril se encontraba un tipo de cabello rubio con rostro petulante y creído. Unas gafas rojas que traía en su cabello y un atuendo un poco extraño. - Jamas vi a nadie resbalar de forma tan ridícula, podrías haber ganado un concurso de payasadas.

El arquero saco una pequeña cantimplora de la cual dio un trago y después lanzo otra vez al centro del rostro del ladron con puntería perfecta.

Hawkeye (8 bits)

Ni bien di dos pasos dentro de la taberna fui bien recivido, un fugaz trozo de pan impactó contra mi rostro haciéndome retroceder y fruncir mis ojos, sin embargo no dejé que el pan toque el suelo, lo tomé con rapidez y miré agesivamente al señorito que se le ocurrió aventarme un pan. Aunque sus palabras me guiaron diréctamente hacia el con el seño bastante fruncido mostrando unos ligeros colmillos, aprobeché también para arremangar mi manga derecha hasta mi hombro, sin embargo cuando este mencionó el golpe en la cabeza mi caminata se detuvo y mi expresión se borró por completo, ¿E-el sabia lo de anoche?.

Quedé algo estático en el lugar con una mirada un tanto sorprendida, sin embargo luego que mencionó las payasadas lo terminó confirmando, o el era el espadachín que me estaba por sodomisar, o era el que me había salvado del mismo. Mi expreción ahora cambió a una un tanto más sonriente, volví a ser el de siempre para contestarle. -En realidad lo hice apropósito, ese caballero no me llega ni a los talones así que le di algo de ventaja.- Dije intentando ver si el era el caballero, por lo menos en un espado un poco más abierto que este concideré que tendría una ventaja.

Lo miré mientras el agua bajaba por su garganta para luego mirar como lanzó con dirección la cantimplora, ahora que lo tenía frente a mi no tardé ni un segundo en tomar la cantimplora que me había lanzado e intentar darle un trago. -¿Que hacías en aquel castillo anoche?- Dije firme mientras me acerqué unos pasos para reposarme contra una mesa. (6)

- Claro ventajas, ya decía yo nadie puede ser tan idiota como para realizar esos movimientos apropósito. Escucho al novato, le cuestionaba sobre que hacia el ayer anoche en ese lugar.

- Observe que un novato entraba estúpidamente a una trampa, después recordé que no había hecho mi labor buena del día, después salve tu trasero peludo soldado. " De la barra llego un vaso lleno con whisky" Clint lo tomo de un trago y lo dejo en la mesa. - Mas bien que hacías tu en el castillo Tycoon? Le ibas a dar una visita nocturna a la princesa, se que es sexy pero créeme no te abría recibido en esas fachas. Aseguro el rubio mientras cerraba los ojos afirmando sus palabras con el movimiento de la cabeza.

Terminé de tragar el agua de la cantimplora al mismo tiempo que oía las palabras del rubio intentando controlarme, sabía que si intentaba lanzarle la cantimplora por el enojo seguro fallaría a tanta distancia y perdería una cantimplora que la vendería en el mercado. Pero concentrándome el el presumido al parecer el había estado como un tercero, y me confirmaba que ese puto cofre no era más que una maldita trampa, que ingenuo, la siguiente vez que irrumpa no volvería a caer en lo mismo, aunque sinceramente no pensaba agradecerle lo que había echo por mi jamás.

Miré como el whisky caía preso de sus fauces para luego escuchar su interrogante con la cual me senté en la mesa en la que estaba apoyado mientras guardaba la cantimplora. No creo que sería buena idea decir que estaba hurtando lo que encuentre, sin embargo sus palabras con respecto a una princesa me hicieron arquear una ceja. ¿Allí había una mujer? -Que extraño... Creí que estaban resguardando un tesoro, no una simple Princes-¿¡OYE!? ¿¡Como que con esas fachas!? Son las ropas de mejor calidad en el Mercado Negro...- Aunque luego me calmé un poco pensando mejor la situación, posiblemente ese muchacho era la solución que buscaba, practicamente sabía que me trataba de un intruso en el castillo, sin embargo allí estaba, sin siquiera intentar atraparme y llevarme al castillo. -¿Y sabes de alguna entrada trasera al cuarto de esa princesa?- Dije con un tono más bajo acercándome, esperando que entienda mis intenciones... (7)

- Un tesoro!... no seas idiota ... estan resguardando maquinas de guerra. Dijo Clint sin darle importancia para después escuchar lo que decía el ladron. - Se todas, me da igual decírtelas, esta la del pozo a 30 metros, pero esta llena de enemigos, la torre que escalaste con la entrada al cuarto frio a dos habitaciones esta su cuarto, la princesa tiene otra entrada pero no te la diría ... te vez como un pervertido y lleva directamente a su closet. Tomo su ultimo vaso de whisky que tomo de un trago.

Sus palabras fueron directas, sin embargo bastante útiles, definitivamente entonces debería resignarme a buscar una fortuna allí dentro, simplemente había tenido mala suerte en encontrar el cuarto congelado, anoté mentalmente las entradas, ya sabía bastante bien entonces dónde era que los enemigos se encontrarían, quizás podría ir allí para robar armamentos... Sin embargo mencionó el cuarto de la princesa, imaginé la cantidad de cosas que podrías llegar a robar de allí. Siquiera una simple joya valdría más que el resto de toda mi fortuna... Dos dólares. -Oye, tranquilo, no me interesa mucho la joya de la muchacha... Me importan las joyas de la casa real, simplemente entro, las robo... Y me las piro vampiro... ¿Qué dices? Una ayudita- Dije sonriendo mientras apoyaba mi mano en la mesa con algo de firmesa, no sabía quien era aquel muchacho, sin embargo parecía un verdadero experto. (8)

Sus últimas palabras sinceramente no hicieron más que fastidiarme, sin embargo algo de provecho logré sacar a la situación oyendo que sería mejor infiltrarme solitariamente en aquel castillo, quizás ahora el plan sería el mismo de antes... Solo que evitar el cuarto congelado, los guardias sinceramente me habían parecido demasiado torpes, sin embargo tampoco debería confiarme. Pero bueno, por lo menos agregué a alguien a mi lista de personas con las cuales tener una interesante charla en un bar... Pfff... Rubio de cuarta.

Quedé algo pensativo mirando la nada mientras el rubio se despedía, sin embargo la orina de goblin chocó rápidamente contra mi mente sacudiendo mi cabeza con una gran pregunta... ¿Qué hacía aquel rubio con orina de Goblin? Y más importante... ¿¡Porqué la había tomado!? Sinceramente no noté en su momento el sabor porque no había bebido nada hace ya unos días, sin embargo ahora que olía la cantimplora noté claramente su nauseabundez, por lo que conteniendo con rapidez la respiración y las nauseas lo lavé en la taberna. Volví a reincorporarme a la situación, sin embargo el rubio ya se había marchado y me había perjudicado más que lo ayudado... Aunque por lo menos me incentivó aun más nuevamente a trepar por la noche aquel castillo y hurtar lo que se pueda.

Tomé una botella "prestada" al cantinero y antes de que este pueda siquiera gritar alto ya me encontraba corriendo con mi bolsa de tesoros en brazos ya en el horizonte de la taberna perdiéndome entre las chozas y aldeanos... Era hora de volver a ese puto castillo. (9)